El obispo saliente de la Diócesis de Margarita agradeció la condecoración otorgada por las cámaras de Mariño y Arismendi y expresó que estos reconocimientos son obtenidos gracias a la labor del pueblo de Dios y a los clérigos que le acompañaron durante su apostolado.
En reiteradas ocasiones monseñor Quintero Chacón refirió que la feligresía de Margarita es una gran familia. Dijo además que durante sus cinco años de estadía le fueron perdonadas muchas cosas. “Jamás voy a olvidarme de Margarita, el primer amor nunca se olvida”, manifestó con marcado sentimentalismo.
Minutos antes de finalizar la eucaristía, el vicepresidente del Concejo de Mariño, Franklin Sánchez; en compañía del concejal, Oscar Carreño, y la secretaria Municipal, Cristhina Hernández, subieron al altar dispuesto en el sitio para hacer justo reconocimiento al representante de la Iglesia de Cristo.
El obispo saliente de la Diócesis de Margarita agradeció la condecoración otorgada y expresó que este reconocimiento es obtenido gracias a la labor del pueblo de Dios y a los clérigos que le acompañaron durante su apostolado.
En el año 1999, manteniendo sus anteriores encargos pastorales de párroco y capellán militar, fue nombrado Vicario Episcopal para las Fuerzas Armadas en la Diócesis de San Cristóbal y, posteriormente Vicario de Pastoral.
Relató el Obispo que ha sido un gran camino donde se ha fortalecido. Y agradece haber podido ejercer sus funciones eclesiásticas en la tierra insular. Añadió que espera poder volver en próximos años a oficiar alguna misa durante las festividades de la Virgen del Valle.
A la entrega de la Orden Ciudad de Porlamar, por parte de la cámara edilicia de Mariño, se le adhirió la municipalidad de Arismendi para también rendirle honores a monseñor con la Orden ciudad de La Asunción.
Redactado por Prensa Concejo de Mariño
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